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lunes, 27 de junio de 2011

HISTORIAS: MI PADRASTRO

Tengo 21 y la primera vez que tuve sexo fue a los 18 con mi padrastro, les cuento como fue.
Mi mamá se casó al año que murió mi papá, con un hombre de unos 37 años bien simpático y amable.
Yo en ese tiempo practica basketball, media alrededor de 1.73 cms, delgado, rubio, tez clara y bien lampiño, la verdad bien bonito.
Yo jamás me había interesado por un hombre, solo fantaseaba y eran cosas muy esporádicas.
Eran tantas mis fantasías de ver hombres desnudos, que me puse a bajar películas porno gays desde Internet, solo para saber que hacían, y masturbándome viéndolas.
Un sábado que sabía que no había nadie en mi casa, me puse a verla durante la hora de almuerzo.
Estaba totalmente desnudo masturbándome viendo la película, cuando abren la puerta de mi pieza y era mi padrastro, me trato muy mal, cuando vio lo que estaba viendo, me dijo que era un maricón, y que eso no se hacia.
Me preguntó si había tenido sexo con alguien, le dije que no, entonces me dijo que no era maricón que solo era una calentura mía, me abrazó para consolarme y noté que puso su cara en mi cuello y empezó a rozarme.
Me dijo que tenía cuerpo de niñita. Me empezó a hacer cariño en mi espalda, mi cintura y me tomó el trasero, noté que se calentó con mi cuerpo.
Yo aproveché y dejé que me tocara, noté su excitación fuerte al lado mío, y le empecé a sobar su paquete, era sumamente grande.
Se desabrochó el pantalón y tomó mi cabeza para ponerme esa tremenda cosa en mi boca, era enorme, gruesa, larga, muy venosa y con una gorda cabeza rosadita. Estaba cubierta por una gran cantidad de pelo, una verga bien peluda, coronados con dos grandes pelotas cubierta tambien con pelos.
Se lo chupé, jamás lo había hecho, era muy rico…
Estuve varios minutos chupándoselo, le lamía desde los testículos, que parecían inflamados por tanta leche, volvía a su capullo gigante, me encantaba poner mi lengua en su pequeño orificio, mi padrastro se retorcía de placer.
Continué por su miembro, sentía en mi garganta cada latido de su verga, eso me ponía frenético de placer, con sus grandes manos me agarraba de la cabeza y me la empujaba contra su miembro.
Lo miraba a los ojos y los tenía en blanco, cuando él se puso de pie y se sacó los pantalones, se quitó el bóxer, su pija estaba duro, enhiesto, parecía un mástil.
Su camisa la tiró sobre el sofá, se quedó desnudo ante mi, me impactó su figura, y dentro de mi era como electricidad y ansiedad lo que recorría mi cuerpo.
Me tiró sobre el sofá, acariciaba mi culito don dos dedos, los ensalivó, los metía y los sacaba, sentía dolor pero no dije nada, él me puso tres y los movía en círculos.
Se dirigió al baño y trajo un pote de vaselina y se embadurnó la verga, me puso con sus dedos abundante en mi culito, metió de nuevo sus dedos y ya entraban con más facilidad.
Me puso de espaldas, colocó la cabeza de su pene en la entrada de mi culo, le pedí que lo hiciera despacio, él me contestó, tranquilo, si te duele te la quito, pero se que vas a gozar y mucho.
Y me empezó a metérmelo lento al principio, era horrible realmente me dolía, lo tenia inmenso, se detuvo unos instantes mientras el gigantesco miembro se acomodaba en mi culo, lentamente siguió introduciéndolo hasta que pudo por fin metérmelo hasta el fondo.
Mis lágrimas corrían, era mucho el dolor, dolor que dio paso al placer, empezó a bombear, sacaba y metía lento al comienzo, cuando comencé a gemir de placer, él arremetió más fuerte, en cada embestida sentía sus huevos en mis nalgas, me sentía pleno, lleno con esa verga en mi hoyito virgen.
Mi padrastro comenzó a metérmelo de distintas formas, me hizo sentarme sobre su pija, me tomaba de la cintura, yo estaba en otro mundo, me masturbaba sin piedad, estaba en el límite del placer. Sentía ese tremendo pene moverse en mi interior, era muy rico, deseaba que no terminara nunca.
Estuvimos así; como una hora totalmente sudados, mi padrastro no dejaba de cogerme, eran sensaciones muy deliciosas, sentir como se movía dentro mío era como estar en el paraíso, dijo casi en un grito, eres genial, tienes un culo hermoso, hasta que por fin acabó y llenó mis intestinos con su leche caliente.
Sacó su pija de mi culo, al que aún le chorreaba su lefa y me dijo, chúpala, se la dejé brillante y me hizo sentir muy bien.
Esa fue mi primera vez, ahora tengo 21 mi padrastro 42, esto duró hasta el año pasado cuando yo me fui de la casa, ha sido el único hombre en mi vida.
Me fui a vivir solo, y semanalmente me visita. Lo pasamos genial, y lo hacemos de mil formas diferentes, su verga ya no me duele, mi culito ya lo conoce y se adaptó a su viril tamaño.

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