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miércoles, 30 de marzo de 2011

lunes, 28 de marzo de 2011

HISTORIA: MI CUÑADO RAÚL

Todo empezó hace poco yo tengo 20, soy un joven normal estudiante atlético, moreno simpático, lindo pues, bueno eso dicen, conocí a una chica hermosa llamada Virginia, salimos un par de veces ella es menor que yo tiene 18, bueno salimos un par de veces mas y nos hicimos novios.
La primera vez que fui a su casa a conocer a su familia no estaba nervioso, solo debía ser yo mismo y le iba a dar una buena impresión a sus padres, todo iba bien, me recibieron muy bien, entable una charla agradable con los señores, de pronto tocaron la puerta, era su hermano mayor, el cual tenia mi edad, me lo presento de inmediato: Raúl mucho gusto me dijo mientras estrechaba su mano, Rodrigo encantado de conocerte le dije, él sonrió y saludo a sus padres, bueno la señora dijo que iba preparar todo para cenar y llamo a mi novia para que le ayudara; el señor dijo que iba a resolver unos asuntos, le pidió a Raúl que me acompañase mientras esperaba la cena, él accedió sonriente.
Empezamos a hablar de cosas triviales deportes, autos, y nos dimos cuenta que además de la edad, y de que nuestros nombres empezaran por la misma letra teníamos muchas cosas en común, luego de varios minutos de conversación ambos teníamos mas confianza, incluso bromeamos un poco, bueno la señora nos llamo para cenar, Raúl se retiro a darse un baño pues había llegado de su trabajo y prefería darse un baño y luego comer, al rato de comer los padres de mi novia se retiraron a dormir para que ella y yo compartiéramos un poco pues no lo habíamos hecho en toda la noche, llego la hora de irme, y al salir de la casa me di cuenta que Raúl me veía desde la ventana de su cuarto me dijo adiós con su mano yo hice lo mismo, pasaron los días y seguí visitando a mi novia y conversando con mi cuñado.
Un día salimos mi novia y yo ella me dijo que su hermano se nos uniría mas tarde con un amiga de él; fuimos a comer luego iríamos al cine, su hermano llego pero solo, empezó la película y termine sentado en medio de mi novia y mi cuñado, la película era de horror son unas de mis favoritas, mi novia me abrazaba en cada escena sangrienta y note que mi cuñado me miraba mucho, de pies a cabeza, no le di importancia y pensé que estaba viendo como trataba a su hermanita, porque eso me dijo la primera vez que hablamos que el veía a Virginia como una niña todavía y no creía que ya tuviese novio, pero que le agrado ver como era yo allí supo que ella estaba en buenas manos, termino la película y nos fuimos a casa de mi novia, allí ella decidió que tomáramos unos tragos, bueno yo le dije amor sabes que no bebo, y ella respondió si pero yo quiero que compartamos un poco, además si es porque vas a manejar no te preocupes te quedas a dormir aquí, vamos es fin de semana insistió; me pareció excelente la idea de quedarme a dormir con ella, pero su papá bajo y ellos le dijeron que planeamos pasar la noche charlando en la casa y le pidieron su aprobación para que me quedara a dormir. El Sr. accedió, pero yo debía dormir con mi cuñado y mi novia con su mama; ok no era lo que esperaba pero bueno ya le había dado mi palabra a mi novia de quedarme, bueno mi novia se bebió casi toda la botella ya que mi cuñado solo bebió un trago esa noche .
Llego la hora de irnos a dormir y me despedí de mi novia y me fui con mi cuñado a su cuarto, él cerro la puerta con seguro y no le di importancia, le dije bueno como nos acomodamos le dije haber, dame unas sabanas y me acomodo en cualquier sitio, él me dijo estas loco vas a dormir en la cama yo me acomodo en cualquier sitio, le dije es tu casa no quiero incomodarte él me dijo no vale duerme en la cama, le dije bueno parecemos tontos durmamos los dos en la cama, jajaja reímos no tiene nada de malo, ahí note que era eso lo que él estaba esperando que yo dijera, se fue a cambiar, bueno solo se quito la ropa que traía y se quedo en ropa interior, me dijo tu dormirás así? Y yo le dije claro no tenia planeado quedarme a dormir, por eso no traje nada para cambiarme, me miro y me dijo lastima que yo sea tan delgado nada de mi ropa te sirve porque se ve que tienes un buen cuerpo, digo estas en forma, digo musculoso, dijo sonrojado yo lo mire y le dije ya entendí lo que querías decir, lo mire bien y si era verdad que era delgado pero no tanto, tenia piernas definidas y un trasero grande para lo delgado que era, lo note cuando se dio vuelta para buscar otra almohada, el slip que tenia era muy ajustado y se le metía entre los glúteos al caminar la forma en que se los sacaba era muy cómica, además note que no tenia ni un vello sobre su cuerpo; él me dijo es incomodo dormir con ropa no apta para eso no crees?
Esta bien le dije me quite la ropa mientras él me miraba, ves tenia razón estas en buena forma me dijo, le dije en tono de broma si te parece? Jajajaja reímos otra vez, bueno yo tenia puesto un bóxer blanco ajustado que exhibía perfectamente mi paquete y mi trasero, a diferencia de mi cuñado si tengo vellos, no soy ni muy velludo ni muy lampiño termino medio, nos acostamos uno al lado del otro y yo empecé a hablar de cosas triviales otra vez, y terminamos hablando de chicas le pregunte que paso con tu amiga de hoy? El respondió no quiso salir, y sabes fue lo mejor dijo, yo le pregunte porque dices eso? La pase mucho mejor dijo, estando junto a ti yo pensé que era broma y me reí un rato, me dijo no te rías que es verdad, mi hermana es muy afortunada me dijo y puso su mano sobre mi pene y empezó a masajearlo, yo quede en shock, se la quite y le dije estas loco? a mi no me gustan los hombres; me dijo no hace falta que te gusten para que la pases bien ya lo veras, yo se lo que hago.
Se subió sobre mi y puso mis manos en sus nalgas, con una de las suyas tapo mis ojos y con la otra me tocaba el pene, me decía al oído solo déjate llevar estas pasando un buen rato verdad? Empezó a besarme el cuello la boca, bajo hasta mi pecho, yo empecé a disfrutar de esos besos y las caricias que me hacia en el pene; así que empecé masajear sus nalgas, eran grandes duras y redonditas así como me gustan, las apretaba, las separaba, las recorría de arriba abajo con mis manos, él seguía besándome y bajo hasta mi abdomen me quito la ropa interior y metió mi pija en su boca, pude sentir su aliento cálido sobre mi glande y como lo recorría con su lengua, por momentos metía lo mas que podía de mi pito en su boca y por otros momentos se enfocaba en el glande en lamerlo besarlo, con su lengua acariciaba mi frenillo, luego bajo hasta mis testículos y uno por uno se los metió en la boca los besaba, los acariciaba, yo no lo podia creer estaba teniendo sexo con un hombre y lo estaba disfrutando, lo tome por la nuca y guiaba sus movimientos mientras me daba una de las mejores mamadas de mi vida, me levante lo tome y lo acosté boca arriba empecé a besarlo, baje por su cuello besando lamiendo, al llegar a su pecho me detuve en sus pezones los lamía los besaba y le daba pequeños mordisquitos, mientras tanto acariciaba sus muslos podía sentir como se estremecía de placer, seguí bajando besando lamiendo hasta llegar a su pubis, le quite la ropa interior con mis dientes, eso lo puso como loco, decía haz conmigo lo que quieras, le di la vuelta y lo acosté boca abajo, subí por toda su espalda con mi lengua, luego baje lentamente besándolo, al llegar a su trasero me detuve separe sus piernas y acariciaba sus muslos, sus nalgas, le dije es la primera vez que hago esto, él me dijo descuida que yo nunca he sido penetrado serás el primero, separe sus nalgas y me enfoque en su ano lo empecé a acariciar con mis dedos, besaba sus nalgas mientras, después empecé a lamerlo para ir lubricándolo, cuando ya estaba muy mojado metí uno de mis dedos lentamente, pude escuchar su gemido me detengo le pregunte? Me dijo no sigue que vas bien, hice unos cuantos movimientos circulares antes de sacar mi dedo empecé a meterlo cada vez mas y a sacarlo lentamente, mientras seguía besando sus nalgas y mordiendo suavemente, luego metía dos dedos así seguí hasta poder meter tres, dale así así me decía metelos todos vamos, empecé a darle un masaje a su próstata eso lo volvió loco gemía y se retorcía lo que me excitaba mas y mas, dijo ya no puedo mas tómame, cojeme estoy listo, me pare y me ensalive muy bien el pene, él sabiendo lo que venia se puso en una pose mas cómoda para los dos arqueando su cuerpo para que pudiese penetrarlo mas fácilmente, mi respiración era acelerada estaba apunto de hacer algo de lo que nunca me sentí capaz, puse mi glande en la entrada de su ano, estaba tibio y húmedo, lo que me hizo sentir algo muy rico, lo fui introduciendo lentamente, primero el glande, me detuve para sentir con mas detalle la experiencia, luego seguí mas adentro hasta que mis testículos, chocaron con los suyos y mi vello pubico acariciaba sus nalgas, ahí escuche un gemido de Raúl que me hizo volver a la realidad, lo saque lentamente, para volver a meterlo, así estuve por un rato metiendo y sacando, podia sentir como su ano se iba dilatando y sus paredes internas se dejaban someter por mi impetuoso miembro viril, intercalaba los movimientos de mete y saca con movimientos circulares, y unas cuantas nalgadas, el sonido de los gemidos de Raúl, y de mis testículos chocando con los suyos me excitaba mas y mas, no podía creer lo que estaba haciendo; me sentía como en una montaña rusa; sabes que te asustas pero te gusta esa sensación, tanto que no quieres bajar.
Bueno así estuvimos por un rato, luego él se levanto y me sentó en la cama, y se sentó sobre mi, metiendo todo mi pene en su ano, pude ver cuando bajaba como se perdía mi pene en su interior era una sensación indescriptible, él hacia presión con su esfínter sobre mi pija lo que me hacia ver estrellas, y retorcerme del placer él lo noto y lo hacia cada vez mas seguido, le dije vas a hacer que acabe, lo detuve lo levante y lo acosté boca arriba puse cada una de sus piernas sobre mis hombros ahí empecé otra vez a meterlo y sacarlo, cada vez fui aumentando la velocidad y la profundidad de la penetración, podia ver las expresiones de su rostro sabia que lo estaba disfrutando, asi seguíamos sudados entregados a la lujuria del momento, él me dijo ya voy a acabar yo empecé a darle mas rápido y mas fuerte a mis embestidas, se estremecía de placer y sus gemidos eran mas fuertes esta vez, luego de unos minutos acabo eyaculando sobre su abdomen y su pecho, yo seguía embistiéndolo, empecé a sentir que me faltaban fuerzas, las piernas me temblaban, sentí como una descarga eléctrica que me recorría de pies a cabeza, solté un gemido agudo e impresionante y acabe dentro de mi cuñado, llenando sus entrañas con mi semen fluido y caliente, me acosté sobre él y nos besamos un rato, nos quedamos dormidos, a la mañana siguiente nos levantamos nos dimos un buen baño y nos fuimos a desayunar.
Una vez escuche decir que el sexo con hombres es como un vicio que una vez que lo pruebas no puedes dejarlo, bueno quien lo dijo tiene razón, porque sigo siendo novio de Virginia, me quedo en su casa tres veces por semana y obviamente saben donde duermo no.

viernes, 25 de marzo de 2011

miércoles, 23 de marzo de 2011

lunes, 21 de marzo de 2011

HISTORIA: PEDIDO DE TRABAJO

Me vino a pedir trabajo. Ya nos conocíamos de antes. Habíamos trabajado juntos durante unos dos años aproximadamente. Ahora él estaba sin trabajo desde hacia unos cuatro meses y no encontraba quien lo contratara. Tenía unos 33 años, 1,70 m, 65 kgs, moreno, con abundante vello en el cuerpo, delgado, de piel bastante blanca, estaba casado y tenia cinco hijos que mantener. Yo tengo 29 años, 1,75 m 75 kgs, moreno poco vello y bien armado.
La verdad es que no estaba especialmente interesado en aumentar la plantilla de mi empresa, pues yo mismo me bastaba y mientras pudiera quería seguir así y siempre había pensado que de meter un empleado sería para que además de trabajar estuviera a mi servicio sexual. Así de claro. A este ya lo conocía y me daba un poco de corte explicarle mis pretensiones, por lo que le dije que de momento no necesitaba a nadie. Me contestó que podría hacer de viajante como la vez anterior y que iría a comisión por lo que si no vendía no sería una carga para la empresa. Yo sabía que era un buen vendedor y que con esas condiciones económicas no iba a salir perdiendo pero deseaba algo más. Así que me hice de rogar dándole alguna que otra disculpa. Comenzó pidiéndome el trabajo, después pasó a rogarme que se lo diera y ya por último se puso de rodillas delante de mí y me lo suplicó, tenia los ojos llorosos.
Por favor, me dijo, dame esta oportunidad, lo necesito, estoy desesperado y no sé que hacer para sacar adelante a la familia. Sabes que soy trabajador, no me importan los horarios, estoy dispuesto a hacer lo que sea, no me dejes ir de vacío por favor. Llegado a este punto, me armé de valor y le dije:Como te dije antes no tengo interés en que nadie trabaje aquí. En el caso de meter a alguien, te lo voy a decir muy claro aunque te sorprenda, no quiero sólo una persona que trabaje, además de eso quiero tener a alguien que esté a mi completo servicio sexual, así de claro, te guste ó no, es un capricho que tengo desde hace tiempo y si se presenta la ocasión deseo cumplirlo. Una especie de esclavo sexual que mientras esté aquí tenga su cuerpo a mi total disposición para darme placer en la forma que a mí me apetezca; claro está sería entre los dos y con total discreción. Alguien al que pueda meterle mano cuando quiera sin pedirle permiso, sobarlo, acariciarlo, besarlo, lamerlo ordenarle que se desnude, que pase su lengua por mi polla, huevos, culo, etc y yo hacer lo mismo con él; alguien que no discuta mis ordenes y las cumpla sin chistar; eso es lo que le exigiré a la persona que trabaje conmigo y no sé si tu estarás dispuesto a aceptarlo. ¿Te ha quedado claro?.
Después de oír esto su cara era un poema, seguía arrodillado. Tenía la boca medio abierta en señal de incredulidad y estaba callado. Le volví a repetir si le había quedado claro lo que yo le dijera. Me contestó que nunca había pensado oír eso de mi boca, que sabía que para encontrar trabajo tendría que hacer cosas con las que no estuviera muy de acuerdo pero que esto no lo hubiera pensado. Que estaba dispuesto a trabajar pero que mi proposición además de no hacerle gracia no estaba seguro de que pudiera cumplirla, que nunca había tenido nada con hombres, que no era gay etc. Le dije que eso era lo que le podía ofrecer, aún a pesar de que preferiría continuar solo, pero en vista de que era él y de la forma en que lo pedía, estaba dispuesto a arriesgarme pero a cambio de que se cumplieran mis condiciones en la forma en la que las había explicado antes. Así que claramente sentencié, "o lo tomas ó le dejas", yo no engaño a nadie. Si te interesa podemos tener un tiempo de prueba y si no te interesa pues quedamos tan amigos.
Se levantó y quedó dubitativo durante unos segundos, dio varias vueltas sobre si mismo, se pasó las manos por los cabellos y la cara, me miró y con la cabeza hizo un gesto afirmativo de aprobación. Le dije que eso no me valía. Que quería las cosas claras, de viva voz y no con gestos que se pudieran mal interpretar. Me puse de pié frente a él, en ese momento se arrodilló de nuevo y me dijo: "Acepto todas y cada una de las condiciones impuestas". A partir de este momento además de trabajar para ti como viajante seré tu esclavo sexual, mi cuerpo estará a tu servicio para darte placer en la forma que tu quieras y cuando tu quieras, haré todo lo que me ordenes sin chistar. ¿Vale así? dijo.
Perfecto, le contesté, a partir de ahora además de trabajar para mí, serás mi esclavo sexual. Para empezar vete a la habitación del fondo, desnúdate totalmente, de cabeza a pies, coge la alfombra que está en el suelo y preséntate a tu amo. Al cabo de minuto y medio entró de nuevo en la oficina, completamente desnudo, con la alfombra en la mano, lleno de vergüenza con la cabeza algo agachada. Le dije: "me gustas mas así", acércate a mí. Cuando lo hizo le pasé mi mano por debajo de sus huevos, él dio un respingo y entreabrió las piernas, seguí acariciándoselos sin darle importancia, los dos callados frente a frente, tenía la mirada fija en la pared y se notaba la tensión del momento en su cara. Al cabo de unos dos minutos su polla que estaba flácida, comenzó a tomar vida. Aún colgando empezó a engordar, poco pero si se notaba. El masaje de huevos que le estaba haciendo lentamente y con cariño comenzaba a dar sus frutos. Poco a poco empezó a levantarse aunque se notaba que hacía esfuerzos para que no fuera así, pero no daban resultado.
Ves como esto no es tan malo, le dije, como a tu cuerpo empieza a gustarle, no te rebeles, disfruta del momento, esto queda entre nosotros. Ahora ya tenía la polla dura y levantada, comencé a acariciársela suavemente como si lo estuviera masturbando, su cara se relajó y la mirada comenzó a cruzarse con la mía. Al poco rato se oía como se le entrecortaba la respiración. Estaba comenzando a disfrutar.
Me senté en la silla y le ordené que se arrodillara delante de mí y cruzara sus manos a la espalda. Su cara ahora quedaba a la altura de mi pecho. Metí mi mano entre su abundante cabellera, apreté, la giré y lo obligué a mirar hacia mi cara. Acerqué sus labios a los míos y durante unos instantes estuvimos rozándolos. Saqué mi lengua y la pasé por sus labios que aún estaban cerrados, los forcé y la metí entre ellos hasta llegar a lamer sus dientes y así me entretuve un rato. El no hacia ni decía nada, solo se dejaba hacer, bajé la otra mano hasta acariciar la punta de su polla que seguía dura y noté como se estremecía. ¿Qué pasa?, le dije, ¿es que no sabes besar?, ¿Así es como besas a tu mujer, con la boca cerrada?. Quiero que abras la boca, saques la lengua y me beses como una puta apasionada y viciosa. Quiero sentir tu lengua en mi boca. Le di un apretón con mi mano en la polla y abrió la boca, sacó la lengua y apretó sus labios contra los míos. Su lengua encontró la mía y durante unos instantes estuvieron jugando, sintiéndose. Por primera vez él no disimulaba su excitación, una sonrisa afloró en su cara y poco a poco fue perdiendo la tensión acumulada. Yo estaba sentado y él seguía de rodillas. Le dije que me sacara los zapatos y los calcetines.
Me puse de pié, era todo un espectáculo ver a un hombre de rodillas, humillado, obedeciéndome en todo lo que le ordenaba. Le dije que se incorporara pero que siguiera de rodillas, ahora su cara estaba a la altura de mis atributos. Le ordené que me sacara el pantalón y el calzoncillo. Así lo hizo y por primera vez pudo ver mi polla que estaba babeante y mis huevos que estaban duros por el placer y la excitación. Acariciándolo con suavidad, pasé mis manos por la parte de atrás de su cabeza, la acerqué hasta llegar a frotar con ella mi polla y huevos notando como su cara se hundía en ese bosque de placer. Me resfregaba contra él con fuerza, mi polla estaba a reventar pero la de él no era para menos. Estábamos disfrutando los dos. Le pregunté que como le iba y me dijo que esto no era tan malo como pensaba en un principio. Le dije que me lamiera los huevos, acercó su cara y así lo hizo. Sentía como su lengua jugaba con ellos y como los metía uno a uno en su boca. Cogí la polla con mi mano y acerqué el capullo hasta tocar con él sus labios, hizo el ademán de abrirlos pero le dije que cuando se lo dijera. Acaricié su cara con mi polla, se la pase por los pómulos, los ojos, la frente, la nariz, un fino hilo de liquido preseminal quedaba adornando su cara. Abre la boca, le dije. La abrió y le metí solo el capullo en ella. Quiero que tu lengua juegue con él, y así fue. Durante unos deliciosos minutos lo estuvo lamiendo como si fuera un caramelo ó un helado. Poco a poco fui introduciendo hasta donde pude mi polla y cerrando los ojos me dejé lamer, me dejé hacer. Acabé de desnudarme del todo y me subí a la mesa de la oficina, me puse a cuatro patas, abrí todo lo que pude la raja del culo y le ofrecí la visión del agujero. Adelante, le dije. Sin necesidad de más comentarios acercó su cara hasta la raja y empezó a lamer con fruición, acabando por introducir la lengua en el agujero. Le ordene que me cojiera, él se puso de pie y hacercó la cabeza de su pija a mi hoyito y muy suave lo fue enterrando, al principio sentí un leve dolor (tenía la verga gorda, pero no muy larga) que a los pocos segundos se transformaron en placer, comenzo a bomberame con más rapidez, yo gemía del placer y él también gemía al ritmo del mete y saca. Le ordene que me cojiera con fuerza, así lo hizo. Sentí que ya no aguantaba más y sin tocarme la pija expulsé un chorro de leche caliente encima del escritorio, luego de unos minutos él también exploto en mi inetrior y dando tremendos gritos de placer. Nos quedamos abrazados, él con su verga dentro de mi culo, me besaba y acariciaba la espalda.
Luego de unos minutos nos pusimos de pie, nos abrazamos, besamos y lamimos todo lo que teníamos del otro a nuestro alcance.
La felicidad se reflejaba en nuestro rostro. Él me dijo, "Gracias por permitir que mi cuerpo te dé placer y descubrir nuevas experiencias". Soy tuyo en todo momento. Haz de mí lo que quieras.
Llevamos ya seis meses trabajando y metiéndonos mano juntos. Cada vez estamos más unidos y desde hace un mes él puede disponer de mi cuerpo en las mismas condiciones que yo del suyo. Somos felices y eso es solo lo que importa.

viernes, 18 de marzo de 2011

miércoles, 16 de marzo de 2011

lunes, 14 de marzo de 2011

HISTORIA: MI PADRE, MI PRIMO Y YO

Desde principios de año empezamos a masturbarnos mutuamente con mi primo. Lo hacíamos a diario y nos iniciamos una tarde cuando navegando por internet mirábamos fotos y videos de hombres haciéndolo entre ellos.
De repente sentí la mano de mi primo Eduardo sobándome el bulto y no me resistí en lo más mínimo, ello hizo que se animara a bajarme el cierre de la bragueta y sacar afuera mi pene que ya estaba bien erecto y húmedo, con una mano lo empuñó por el tronco realizando lentos movimientos de sube y baja mientras que con la palma de la otra frotaba el capullo. Inmediatamente busqué con desesperación su pito y repliqué esos movimientos tan placenteros, así estuvimos pajeándonos un buen rato mirándonos fijamente nuestras pijas.
El silencio reinante se interrumpió con los jadeos de Edu cuando su semen salió a borbotones chorreando mi mano, ahí apreté más la verga y aceleré el ritmo de la batida lo más que pude hasta que observé que ya no derramaba ni una gota más de leche, por curiosidad pasé la lengua por los restos de semen que quedaron en mi mano, estaban todavía tibios y tenían gusto salado. En ese momento mi primo me dijo que era mi turno y se arremangó aún más las mangas de su polera para baquetearme el miembro como nunca antes ni yo lo había hecho, me impresionó su maestría para variar las formas de empuñarlo, sus manos me provocaban un goce sexual nunca experimentado y eso que yo me hacía la paja con frecuencia, pero que te la haga otro era francamente mucho más excitante.
Hice todos los esfuerzos posibles para contener la acabada y prolongar el intenso manoseo. Pero la destreza de mi primo fue tal que no pude aguantar más y mi esperma voló por los aires en cantidad. No puedo negar que con el descenso de la temperatura sexual aumentó la vergüenza por lo que habíamos hecho y nos juramos mantenerlo en absoluto secreto por el resto de nuestras vidas. Así, día tras día las sesiones masturbatorias eran mejores, porque fuimos incorporando otras técnicas y otros juegos sexuales, por ejemplo el estímulo visual de los cuerpos desnudos y sobre todo del rico trasero de Eduardo, al cual yo me aferraba y apretujaba cada vez que él me masturbaba.
Me estaba vedado introducir los dedos en su ano que era lo que yo deseaba pero eran las reglas del juego, aprovechándose de esto mi primo se paraba desnudo dándome la espalda y meneaba sus redondeadas asentaderas rozándome la cara, lo que me ponía muy caliente y sólo me dejaba darle chupones. Ninguno de los dos se animaba a más, no queríamos asumirnos como verdaderos putos, rompiéndonos el orto el uno a otro y chupándonos la verga para tragarnos la lechada como lo harían dos maricas en celo.
Durante las pajas nos susurrábamos al oído historias eróticas plagadas de chanchadas y palabras soeces. Fue un atardecer cuando escuché de su boca una detallada narración de la furtiva relación sexual de un adolescente con un hombre mayor, el cual desde hacía ya casi un año y dos veces por semana mantenían sexo oral y anal.
El chico asumía siempre el rol pasivo, o sea que el hombre mayor le tenía prácticamente por hembra y lo sometía a todos sus lujuriosos deseos, ya que además de hacerle mamar la verga a su antojo, para degenerarlo, corromperlo y hacerlo más vicioso, le metía en el culo objetos tales como zanahorias, pepinos, botellas y juguetes sexuales de los más variados y sofisticados.
Todo eso era detallado con impresionante realismo por mi primo mientras yo no podía contener mis acabadas que se sucedían una trasotra. Lejos de repugnarme tremenda confesión, por mi mente se sucedían las imágenes de mi primo enculado por mi padre.
Lo veía ensartando con su miembro, que debería ser enorme, ese culito mullido y respingón que a mí tanto me deleitaba manosearlo, imaginaba el destrozo que ocasionaba en sus entrañas ese mismo miembro enorme, grueso y erguido, cómo esa cavidad era inundada por semen espeso y caliente que necesariamente buscaba salida cayendo por el anillo de carne exageradamente dilatado entre esas abultadas nalgas abiertas de par en par.
No me cabían dudas que mi primo montaba a horcajadas a mi padre, para enterrarse su verga en el orto y cabalgar sobre ella para que esa pijota serruchara una y otra vez saciando el hambriento orificio anal. No podía dejar de imaginarme el placer de mi progenitor introduciendo su lengua en ese culo joven y lampiño para luego en ensartarlo con un vibrador y observar detenidamente como el esfínter iba cediendo ante los embates del aparato y ver a ese chico contorsionarse de placer al recibir fuertes palmadas en las nalgas.
No podía quitar de mi mente la imagen de mi primo tendido sobre una cama boca abajo con su fantástico trasero elevado, quebrando la cintura, las piernas abiertas y los pies hacia dentro, esperando con ansiedad ser sodomizado mientras succionaba furiosamente el pedazo de mi padre. El orgasmo más sensacional de mi vida lo tuve en el momento que fijé la imagen en la cual mi padre y yo le dábamos por el orto a mi primo haciendo un trío, donde mientras yo le arremangaba el culo para adentro con mi verga, mi padre se pajeaba en su boca y le llenábamos el estómago y los intestinos con nuestro semen.
No resultó un trabajo difícil convertir esa fantasía en realidad, planear un fin de semana de pesca era la excusa ideal y en la noche después de haber comido y sobre todo bebido alcohol en abundancia era el momento oportuno, nada mejor que toquetear descaradamente el culo de mi primo delante de mi padre para despertar su lujuria, quien se acercó a nosotros y dijo que ya sabía que a Eduardo le gustaba mucho, a la vez que le colocaba la verga en la boca para que se la chupara, mi padre me ordenó que le lamiera el agujero de la cola, entonces desnudé a mi primo y separé con mis manos sus glúteos turgentes.
Ahí apareció el ano rosado y bastante arruchado de mi primo, lo llené de saliva y después mi padre me indicó que le frotara con un trozo de manteca que estaba sobre la mesa. Con la presencia del experto aprendí que un culo es un manjar muy delicado que hay que tratar con mucho cuidado, nunca hay que rempujarlo ni forzarlo, hay que apoyar en su boca de acceso previamente lubricada lo que se le quiera meter y el culo sólo empezará a comer. Fue mi primera verdadera orgía durante dos días, donde la pasamos de maravillas enculando a mi primo en las poses más variadas, a veces entre los dos y otras por separado.
Mi pose preferida era hacerlo poner en cuatro patas para ver mejor como le estaba rompiendo el orto, en cambio mi padre elegía la pose de piernas sobre los hombros para cogerlo como a una hembra. Ya conseguí tener algo en común con mi padre, compartimos un putito de ano sumamente complaciente.

viernes, 11 de marzo de 2011

miércoles, 9 de marzo de 2011

lunes, 7 de marzo de 2011

HISTORIA: EL MAYORDOMO

Al terminar el bachillerato, mis padres me habían prometido un viaje a Inglaterra una semana, pero nunca pensé que vendrían conmigo y que el viaje sería a casa del socio de mi padre. Pero el cabreo que tenía se me quitó al ver el caserón que tenía el amigo de mi padre, porque allí podía perderme con facilidad y no me encontrarían. Al llegar, me desterraron al piso del servicio, mientras mis padres y mi hermano fueron trasladados al piso de arriba. Y para colmo mi habitación daba a la del mayordomo y tenía que compartir el baño con él.
Decidí olvidar todo eso y pasarlo bien y ahora me doy cuenta de que esos planes estaban casi trazados: la primera noche ordené mi habitación y cuando me disponía a darme una ducha, llegué a la habitación del mayordomo con la intención de dirigirme al baño. Me quedé en la puerta y lo vi desnudo frente a la ventana. Me llamó mucho la atención su cuerpo y soporté un nerviosismo repentino, como un desmayo, al ver sus glúteos totalmente musculados. Era un hombre de unos cincuenta o cincuenta y pocos años, que a la llegada me había parecido gordito. Carraspeé un poco para que se diera cuenta de que estaba allí y pedí pasar al baño, pero él se adelantó y dijo en un español casi de Málaga: ¿Qué pasa, nunca habías visto a un hombre desnudo? Casi en voz baja dije que no o más bien negué con la cabeza, pero a estas ya él se había vuelto hacia mí. Tenía una barriga casi lisa, empezando su prominencia y sin un pelo, su pecho, en cambio, completamente lleno de vello pelirrojo. Ese era el color de los pelos de su pubis y de sus piernas. Me quedé impactado al ver su pene, grueso y colgando.
Ven, ven, anda -me dijo-, porque probablemente tampoco has visto un hombre en erección. Me reí y dije: hombre, eso sí. Claro, la tuya -dijo él-, pero si te apetece puedes ver la mía también y sonriendo colocó dos dedos encima de mi polla y empezó a jugar con los pelillos de esa zona. No dije nada, pero lo tomé como una venganza hacia mis padres y me dejé llevar.
Como vio que no me importaba, me preguntó: ¿Has follado? Sí, le contesté, tengo novia. ¿Por delante y por detrás? Añadió. Sólo por delante, dije yo. En ese momento, cogió dos dedos de mi mano derecha y los metió en su boca. Después, abrió un poco sus piernas y los llevó a la entrada de su ano y dijo: por aquí la meterás esta noche las veces que tú quieras. Este inglés con acento andaluz me estaba poniendo a cien y decidí tomar la iniciativa: me fui directamente a su boca y lo besé ansiosamente y él devolvió la lengua y los besos que en ella iban. A continuación, cogí sus glúteos y los acaricié, mientras iba a su pecho para saborear sus pelos y sus pezones. ¡Vaya, fogoso, eh! -dijo él-, y yo añadí: con ganas, diría yo.
Nos besamos con ardor, casi con ceguera y violencia, hasta que me dijo: vamos a la cama. Desde que él me quitó la bata de baño, nuestras pollas llevaban un rato rozándose, empalmadas. Me tumbó en la cama y se echó encima de mí, me gustaba sentir su peso, siguió besándome y lamiéndome hasta llegar a mi polla. Entonces se dio la vuelta y me dio la suya para que yo se la mamara, mientras él me la chupaba a mí. Me di cuenta del grosor que su miembro había cogido y pensé que la mía no era nada a su lado. Creo que mi polla aguantó en su boca dos minutos, porque eyaculé con pocas lamidas. ¡Tanto ímpetu para esto! Exclamó sonriendo mientras le caía mi semen por su boca. Pero yo sabía, por las veces que había follado con mi novia, que podía empalmarme otra vez a los pocos minutos, así que le dije: sigue, que en breve tendrás más. Y siguió mamando mientras le hacía yo lo mismo.
Antes de cinco minutos estaba mi polla otra vez en erección y le oí mascullar: ¡Esto sí que es rapidez! Ahora tardaré más, le dije, pero se levantó y me dejó con la miel en los labios.
Me dijo: ahora me vas a follar, pero yo quería hacer que se corriera como él había hecho conmigo. Fue a su mesilla de noche a coger algo y mientras me señalaba que me pusiera de rodillas, luego se tumbó boca arriba y me colocó los pies en mis hombros. Ponte esto en la punta de la polla, así entrará más rápido.Date la vuelta, le dije, pero él me respondió que quería ver mi cara al follarlo, que ya habría tiempo de follar como los animales. Me puse la crema y mi polla fue entrando poco a poco en su culo, mientras él gemía acompasadamente a como entraba mi pene.Yo, que estaba anonadado con el grosor de su polla, se la cogí y empecé a masturbarlo. Me paró y me dijo: eso lo hago yo, tú encúlame bien, cógeme de las caderas y métela toda. Efectivamente, así lo hice y estuve un rato disfrutando. Luego me miró y me dijo: ¿no querías follar de espaldas? ¡Vamos! Pero antes, me abalancé sobre él follando sobre su polla y besándolo con más ardor que la primera vez.
Se dio la vuelta y se levantó un poquito para que me pudiera colocar encima. Fue increíble, porque entró como venía entrando antes, pero yo me eché encima de él, me aferré a sus hombros y empecé a sacudir embestidas contra su culo. Él gritaba: más, más. Y yo no veía que mi polla quisiera correrse.
Nos arrastramos por la cama de un lado a otro hasta que me dijo que me pusiera de pie. Me fui a la parte trasera de cama y él se puso delante, apoyándose en el dosel. Allí follamos hasta que me corrí. Después me preguntó si todavía quería ver cómo se corría y le dije que sí: puso unos almohadones en el suelo, a un lado de la cama, y me sentó encima, luego me folló la boca mientras mi lengua intentaba lamerle su polla. Sus ataques eran fortísimos, por lo que acabé acariciando sus testículos y por fin le metí dos dedos en su culo. Se corrió inmediatamente y luego suspiró y dijo: ¡vaya, niño precavido!
Pasamos el resto de la noche con juegos orales, aprendiendo a follar su boca y conociendo mi cuerpo, enseñándome cómo mantener la erección o parar la eyaculación.
Hace unas semanas le conté a mi padre el episodio de aquella primera noche en Inglaterra y que desde hace poco tiempo mi polla se empalma cuando veo algún madurito y me imagino dentro de él. Luego, a solas, me masturbo pensando en él, aunque no he dejado de follar con mi novia.
Mi padre sonrió y me contó que hace más de treinta años, mi edad, que el mayordomo se convirtió en amante suyo y de su socio. Fue a través de él como se conocieron y con él con quien aprendió de sexo todo lo que sabe, 'pero nunca he descuidado a tu madre, así que guárdame el secreto', me dijo. Desde entonces buscan algún tiempo para estar juntos los tres.
Entendí entonces qué quería enseñarme mi padre y por qué me tocó aquella habitación en aquel viaje hace ya doce años...

viernes, 4 de marzo de 2011

miércoles, 2 de marzo de 2011